Los sociólogos clasifican en tres las generaciones que hoy conviven en el mundo y que forman la estructura de la sociedad y las empresas: la generación de los Baby Boomers, la generación X y la generación Y, también conocidos como «Millennials«. Estas tres generaciones han tenido formaciones distintas y han vivido épocas de la historia distintas y por lo que más se les distingue es porque han tenido relaciones distintas con la tecnología.
Los Baby Boomers
La generación de los Baby Boomers se corresponde con una época caracterizada por el boom de la natalidad y por el crecimiento económico y forman parte de ella los nacidos entre 1946 y 1964.
Los pertenecientes a esta generación componen la mayor parte de los cuadros directivos actuales de las empresas. Están ligados a un estilo de liderazgo tradicional, basados en un proceso de toma de decisiones racionales y con estructuras jerárquicas. El conocimiento y la experiencia son sus señas de identidad y sus atributos principales. Su aporte en ese período fue revolucionario, pero en la próxima década tenderán a la jubilación.
Como figura representativa podemos tomar a Bill Gates.

Generación X
Son los nacidos entre 1965 y 1978 y nutren en su mayoría los cuadros intermedios en las empresas. Van un poco más allá del liderazgo tradicional, añadiendo un componente social, cultural y de colaboración en su estilo de dirección. Son más planificadores y estratégicos, más persuasivos y más ambiciosos. El equilibro entre la vida laboral y personal, el componente estratégico de su visión de los negocios y la pasión por la tecnología son sus señas de identidad.
Con su importante visión se ha dado el gran salto hacia la era tecnológica y como figura representativa podemos tomar a Larry Page.

Generación Y
También conocida como la generación del Milenio o los Millennials, son los nacidos entre 1980 y 1994. Son los “nuevos”, que en su mayoría ocuparán los puestos de responsabilidad en las próximas décadas, a excepción de los que crearon grandes empresas en la última década. En el 2030 representarán el 80% de las plantillas de las empresas. Son innovadores, nativos digitales, creativos, sociales y de pensamiento abstracto. No siguen el liderazgo tradicional y quieren trabajar en diferentes compañías a lo largo de su vida profesional. La visión digital, la innovación, la creatividad, la flexibilidad horaria y el trabajo por objetivos son sus señas de identidad. Son los precursores de la nueva era digital y tecnológica, económica y social.
Como figura representativa podemos tomar a Mark Zuckerberg.

La generación revolucionaria
El la época actual contamos con elementos que nos permiten hablar de el probable inicio de la configuración de una nueva generación.
Hoy las empresas se encuentran con un alto grado de diversidad en lo que a convivencia intergeneracional se refiere. Son empresas que se moverán entre un mundo físico y digital. Aprovechar las capacidades de cada generación es una fortaleza para las mismas y una oportunidad para poder hacer frente al gran desafío que nos viene. Gestionar esta “mezcla generacional” será un desafío que hay que convertir en oportunidad de tal manera que se generen factores diferenciales para mejorar la competitividad.
Pero no basta. Hay que prepararse para el futuro que viene. Más de 3.000 millones personas se sumarán al mundo en las próximas décadas. Personas procedentes de áreas que antes eran consideradas tercermundistas, pero que hoy en día están escalando puestos en los países de primera nivel y donde la innovación, la tecnología y la educación son los cimientos de su desarrollo. Miles y miles de personas conectadas e informadas a través de la tecnología con fuertes pulsiones no sólo de consumir, sino de trabajar más y de modo más competitivo que el resto para mejorar su posición social y económica.
El afán y la total determinación para competir alcanzará cotas nunca vistas antes. Hay que estar preparado para esta cuarta generación. Una generación revolucionaria, llamada a operar cambios profundos en el modo de entender la relación entre las empresas y el resto de fuerzas productivas. La generación revolucionaria pondrá en marcha cambios que, como un tsunami, podrán modificar sustancialmente el paisaje del desarrollo económico y empresarial.