Baldry
El llamado BDI (Baltic Dry Index o Baldry), es un índice de los fletes marítimos de la carga a granel seca. Refleja precios medios del transporte y contratos, por lo que se considera uno de los termómetros de la evolución de la economía mundial por su capacidad para predecir situaciones de mercado.
A pesar de no tener una correlación directa con la economía es buen termómetro de su estado y puede anticipar ciertos movimientos de aceleración o desaceleración del comercio mundial y, por lo tanto, su comportamiento. De hecho, en el segundo semestre de 2008, donde el índice pasó de los 11.000 a los 700 puntos, pudimos ver la capacidad del BDI para anticipar la crisis.
¿Desaceleración del comercio mundial?
La situación es que hay mucha oferta de barcos y poca demanda de transporte. Y eso es lo que actualmente está reflejando el índice: una sobrecapacidad. A día de hoy el índice marca mínimos históricos, situándose en los 291 puntos.
Es un nuevo mínimo histórico que indica un descenso de la actividad comercial, reflejando una menor demanda. Los flujos de carga entre Asia y Europa están cayendo.
Harpex
Un indicador de actividad del presente es el índice Harpex, que mide la demanda de barcos contenedores y, por lo tanto, abarca un espectro distinto al Baldry. Sirve también como termómetro de la economía y refleja con acierto el PMI global.
Si vemos la gráfica siguiente vemos que el Harpex se encuentra también bajo mínimos, muy parecido a los años 2012 y 2013.
En el año 2009 alcanzó un mínimo de 275, lo cual indica, sin llegar a esos mínimos hoy en día, que se está produciendo una desaceleración.
¿Cómo enfrentar esta situación?
Ambos índices están en sus horas más bajas e indican una parálisis de la actividad y un escenario plano, agudizado especialmente por la situación de China, que está mudando de un modelo económico basado en la exportación e inversión y hacia un modelo de servicios y consumo interno. Sin embargo, el resto de países no pueden bailar al son de una gran economía, aunque lógicamente nos afecte. Tendremos que crear sinergías y converger para ser competitivos.
Para ello, son cinco los factores básicos:
– Que China consiga acelerar su cambio de modelo económico, de tal manera que adelante su recuperación y crezca a las tasas previas del 8% y 9%.
– Que los países en desarrollo inicien de manera urgente, o fortalezcan, el nuevo camino de modelos de crecimiento que algunos ya tienen definido, para mejorar su productividad y competitividad (Estados Unidos se esperan tasas de crecimiento del 2,3% en el periodo 2016-2020 pero Rusia seguirá en recesión en 2016 con un -0,7%, mejorando la zona al 1% en años posteriores).
– Que los países emergentes adopten a su vez dicho modelo y dejen la dependencia básica de las commodities, de tal manera que se dé vuelta a su desaceleración y se potencie las que estén en crecimiento.
– Que las tensiones geopolíticas se laminen.
– Que el ciclo restrictivo con la subida de los tipos de interés de la Reserva Federal no frene el crecimiento.
Todas estas situaciones para mejorar el escenario plano que nos viene, tienen en común una estrategia central basada en el impulso y adopción de un nuevo modelo de crecimiento, donde las piedras angulares de la innovación, la educación y la tecnología ocupen un lugar clave para enfrentar el mundo que viene y podamos ser competitivos. Si esto no sucede, la recuperación se dilatará más en el tiempo.