EL MUNDO ES UNA RED SOCIAL

El avance imparable de la tecnología está produciendo unos cambios profundos en todos los ámbitos: económico, social, político, legislativo, empresarial, medioambiental, etc.

No hay ningún ámbito que se escape a esta gran revolución. En el plano social, las redes sociales y las aplicaciones de mensajería instantáneas han ido ganando cada vez más terreno, permitiendo amplificar la  voz del ciudadano, creando corrientes de opinión y estimulando la hiperconectividad.

Pero su impacto va más allá, eliminando fronteras, generando desarrollo y creando un nuevo orden mundial en la forma de comunicarse y relacionarse y, en definitiva, siendo trascendental para configurar identidades.

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El origen

Hace doce años, las famosas redes sociales y de mensajería no existían. A pesar de que han pasado bastantes años desde que se envió el primer mail entre ordenadores (1971), no es hasta el año 2003 – con la aparición de MySpace, Linkedln, Skype y Facebook con los estudiantes de Harvard – cuando se  produce el primer gran paso de esta nueva era social.

En 2005 Youtube, en 2006 Twitter, en 2009 WhatsApp, en 2010 Instragram y en 2011 WeChat, determinan los inicios en cadena de soportes que en aquellos años estaban destinados a operar modificaciones de gran calado en nuestra vida social y económica.

Si en 2008 Facebook contaba con 200 millones de usuarios, en 2010 eran 550 millones de usuarios y en 2016 son ya 1.600 millones de usuarios. El avance es exponencial y se espera que en el 2030 Facebook tenga una comunidad de usuarios de 5.000 millones. Esto significaría cerca del 60% de la población mundial proyectada para ese año.

Las redes sociales van en consonancia con la evolución tecnológica, la cual ha acumulado grandes avances en la última década para llegar a un punto de inflexión exponencial, que es lo que estamos empezando a vivir ahora.

Todo ello viene impulsado por la penetración de los dispositivos móviles, que alcanza el 97% de la población mundial, con cerca de 6.900 millones de usuarios en 2015. Si atendemos al dato por el que en 2005 había 2.200 millones, la progresión sólo puede calificarse como espectacular.

Por otro lado, lo mismo sucede con el acceso a internet: de los 1.000 millones que tenían acceso en 2005 pasamos a los 3.000 millones del 2015. En los países emergentes y menos desarrollados están aumentando de manera significativa, especialmente con la llegada de los teléfonos inteligentes.

En 2020, tanto Google como Facebook prevén que toda la población mundial tenga conexión a internet y que el tráfico de datos se multiplicará por diez.

A través de las redes sociales podemos conectarnos con el mundo entero, opinar, decidir los productos a comprar, etc. Pero esa camino es bidireccional, ya que damos a conocer nuestro perfil y nuestras tendencias de consumo, sociales, económicas o políticas.

En definitiva, además de una nueva forma de comunicarnos y relacionarnos, estamos configurando nuestras identidades en la red.

 

Escenarios futuros

Si hacemos un ejercicio de extrapolación y proyección de la población mundial y de la conexión de las redes sociales en el mundo, podemos ver la evolución exponencial a través de los siguientes gráficos:

– En el año 2005 la penetración de las primeras redes sociales no era significativa en relación con la población mundial, por lo que la interconexión de los usuarios no tenía un gran impacto.

2005

 

– Diez años más tarde, en el año 2015, las redes sociales y servicios de mensajería ocupan ya las primeras posiciones mundiales:

2015

 

– Y si hacemos un ejercicio de proyección, que no estará muy desencaminado con la realidad, podemos imaginar el mundo en el año 2030 del siguiente modo:

2030

 

Vemos que las redes sociales, los servicios de mensajería y las plataformas de comercio digital ocupan los primeros puestos, transformado el mundo en una gran red social. Y es un fenómeno imparable.

Dentro de cinco años ser usuarios de las redes sociales no será un opción, será una ineludible obligación.

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