APPLE VERSUS ECONOMY

 Hace unos días se ha cumplido el 40 aniversario de Apple. Su trayectoria desde 1976, no exenta de dificultades, lucha de poderes y la pérdida de su genio creativo, ha sido el fiel reflejo del avance de la revolución tecnológica, iniciando su crecimiento exponencial en el año 2007.

Aunque ya desde sus inicios en 1976 la compañía alcanza una posición de relevancia con la creación del Apple Computer, después en 1984 y 1998 con los ordenadores personales Macintosh e iMac y en 2001 con el iPod, no es hasta 2007, con el lanzamiento del iPhone, cuando realmente comienza su senda alcista exponencial.

En esos años dos grandes empresas tecnológicas como Nokia y Blackberry dominaban el mercado, hasta que la aparición disruptiva del iPhone como nuevo concepto de comunicación hizo tambalear los cimientos que hasta entonces parecían sólidos e invariables. Si son los hechos concretos los que en ocasiones dibujan los contornos de las etapas históricas, podemos decir que esa fecha de 2007 nos impulsó hacia una época de principios líquidos y cambiantes.

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Pero Apple, con las herramientas de la tecnología y la innovación en su ADN, no sólo transformó la forma de comunicarnos a través de la telefonía móvil, sino que también transformó la industria informática, la industria del consumo y la industria discográfica. Estos cambios la han convertido en la empresa que es hoy, con unos ingresos de más de 230.000 millones y con una rentabilidad de más del 20%.

 

Apple, más allá de su impacto tecnológico

Nadie pone en duda la importancia del impacto tecnológico que produce Apple con sus productos. Pero las dimensiones la compañía van más allá.

Apple, como empresa tecnológica, tiene un nivel de ingresos y rentabilidad por encima de otra empresas tecnológicas tradicionales como Microsoft, HP, Nokia e IBM.

Hoy en día la tesorería de Apple ronda los 177.000 millones de dólares. El tesoro estadounidense tiene 50.000 millones. Vamos acercándonos un poco al concepto global de Apple.

Microsoft tiene 82.000 millones de dólares de tesorería, General Electric 62.000, Oracle con 40.000 y Google 39.000. Coca Cola 20.000, HP 15.000 y ebay 10.000.

Es decir, que casi 150 países del mundo tienen un PIB inferior al efectivo que tiene Apple.

Si lo analizamos desde el punto de vista de las capitalizaciones bursátiles de la empresas nos puede dar un visión más global de lo que Apple significa.

La bolsa española, en sus buenos tiempos del año 2015 llegó a tener una capitalización bursátil de 1,1 billones de euros. Eso quiere decir, para que nos hagamos una idea, que la tesorería de Apple equivale casi al 20% de la bolsa española. Significa que podría comprar en una sola operación a dos grandes monstruos como Inditex y al Banco Santander.

Dentro del sector tecnológico Apple podría comprar Alibaba y otras 15 compañías del tamaño de Twitter. Podría comprar Walt Disney. O Coca Cola. O el 60% de Amazon. Si sumamos los patrimonios de Carlos Slim y Bill Gates serían el cash de Apple.

 

Lo que viene: flash y wereable devices

 El incremento de población, la hiper-conectividad y el crecimiento exponencial que veremos de la tecnología no harán más que sostener y reforzar el crecimiento exponencial de las compañías tecnológicas como Apple, Google y otras que no cotizan en bolsa como Airbnb y Uber.

En ese ámbito, el IoT, el Big Data y el Cloud serán los grandes protagonistas de esas tecnológicas, que crearán una nueva forma de relacionarnos y comunicarnos, y en definitiva de ver el mundo.

Pero hay algo que será demandado de manera expeditiva además del almacenamiento en la nube, las cargas y conexiones inalámbricas : la tecnología flash y los wereables. La velocidad de los dispositivos inteligentes y de las conexiones serán cada vez más un factor diferenciador, de tal manera que la tecnología que no lleve asociada la tecnología flash quedará fuera del mercado. Y por otro lado la tecnología se acerca a nuestra piel, donde la comunicación de los móviles se transferirá a nuestro cuerpo a través los wereables (ropa, relojes, gafas, pulseras), de tal manera que los tengamos embebidos con total naturalidad e interaccionen con el entorno a través del IoT.

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

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