Hace unos días pudimos leer la noticia: un vehículo Tesla llevó a su conductor enfermo directamente al hospital. No tuvo nada más que poner el piloto automático y 30 km más tarde el conductor, o más bien el pasajero, se encontraba en el mostrador de urgencias.
Tesla ha tenido una visión adelantada con la implantación de los coches eléctricos y también con la incorporación del sistema autónomo de conducción que otras tecnológicas, como Google, ya estaban desarrollando.
En el primer caso, Tesla se encuentra acompañada por la casi totalidad de las grandes marcas de fabricantes de automoción. La apuesta de compañía por los coches eléctricos es la más decidida y avanzada, a pesar de tener pocos años de vida, debido principalmente a que la amortización de la inversiones del resto de fabricantes en las otras tecnologías que vienen de antaño todavía no han finalizado. Cuando haya alcanzado ese punto, el escenario actual tendrá un componente meramente eléctrico, para pasar más adelante a las células de hidrógeno.
La cosa no se quedará ahí sino que el vehículo, pasando de una concepto de propiedad a servicio, estará conectado con todos los dispositivos inteligentes mediante el IoT para una mejor eficiencia.
Más aún, la tecnología híbrida y eléctrica con la aplicación de sistemas de automatización no parece encontrará su límite en el ámbito de la automoción.