AUTONOMOUS REVOLUTION

Hace unos días pudimos leer la noticia: un vehículo Tesla llevó a su conductor enfermo directamente al hospital. No tuvo nada más que poner el piloto automático y 30 km más tarde el conductor, o más bien el pasajero, se encontraba en el mostrador de urgencias.

Tesla ha tenido una visión adelantada con la implantación de los coches eléctricos y también con la incorporación del sistema autónomo de conducción que otras tecnológicas, como Google, ya estaban desarrollando.

En el primer caso, Tesla se encuentra acompañada por la casi totalidad de las grandes marcas de fabricantes de automoción. La apuesta de compañía por los coches eléctricos es la más decidida y avanzada, a pesar de tener pocos años de vida, debido principalmente a que la amortización de la inversiones del resto de fabricantes en las otras tecnologías que vienen de antaño todavía no han finalizado. Cuando haya alcanzado ese punto, el escenario actual tendrá un componente meramente eléctrico, para pasar más adelante a las células de hidrógeno.

Porcentaje mundial de ventas de vehículos por combustible en 2050

La cosa no se quedará ahí sino que el vehículo, pasando de una concepto de propiedad a servicio, estará conectado con todos los dispositivos inteligentes mediante el IoT para una mejor eficiencia.

 

 Más aún, la tecnología híbrida y eléctrica con la aplicación de sistemas de automatización no parece encontrará su límite en el ámbito de la automoción.

 

Del smart car al smart ship

Rolls-Royce, uno de los gigantes de la automoción, ha creado el proyecto AAWA: Advanced Autonomous Waterbone Applications Iniciative.

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Rolls-Royce no sólo se encuentra en el segmento de los coches. También proporciona soluciones de propulsión en el sector aéreo y marítimo. Con lo cual, por experiencia y conocimiento, que una marca de este perfil lidere un proyecto de tal envergadura puede marcar la senda del desarrollo de la industria marítima.

El transporte marítimo supone el 82% del transporte mundial de mercancías. Para maximizar la eficiencia y la rentabilidad, la aplicación de soluciones tecnológicas será uno de los factores determinantes frente a las soluciones tradicionales de alianzas estratégicas entre navieras o el gigantismo de los buques.

Con la alianza de las universidades finlandesas de Turku y Aalto, operadores y navieras como Finferries y compañías tecnológicas y de posicionamiento satelital como Inmarsat, Rolls-Royce ha desarrollado un prototipo de primer barco autónomo de 65 metros de eslora sin capitán ni tripulación que será el embrión de los futuros barcos inteligentes. Se espera que para el año 2020 los primeros smart ships estén surcando las aguas del mar Báltico, donde un centro de control a distancia supervisará todas las maniobras.

Se iniciará una nueva revolución en la industria marítima, donde los barcos inteligentes serán los nuevos protagonistas como está sucediendo en la automoción impulsada por Google y Tesla y como ya ha sucedido con el smartphone.

Hoy en día la tecnología ya existe, por lo que hay que abordar su viabilidad hacia estos proyectos, adaptándolo a las necesidades específicas del entorno marítimo y preservando la seguridad.

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Seguramente, el siguiente paso sea la automatización completa de las terminales marítimo portuarias, donde algunas de la existentes ya han dado pasos en esta dirección. Todo ello conllevará múltiples consecuencias, legislativas y laborales, que hay que saber prever y resolver.

 

Un revolución en los transportes

Parace que la autonomía será una de las grandes cuestiones protagonistas en las siguientes décadas, donde tanto la automoción como la industria marítima están dando los primeros pasos para que sea una realidad. Con mucha probabilidad, la aviación y los trenes vendrán a continuación. Y de lo que podemos estar seguros es de que todo ello creará un nuevo ecosistema de funcionamiento en materia de transportes.

 

 

 

 

 

 

 

 

 

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