Exportar sí, pero con valor añadido

Un nuevo post de Christian Manrique

Según el informe WEO del FMI el crecimiento mundial de la economía en 2016 está estimado a día de hoy en un 3,1%. Sin embargo, por otro lado, la OMC estima que el crecimiento del comercio mundial se situará en el 1,7%, por debajo del crecimiento económico mundial. Desde hace 15 años no sucedía que el comercio mundial crecía a un ritmo inferior al de la economía.

Fortalezas y debilidades

Junto con la escasa inversión, el escenario del fomento chino hacia el consumo interno y la aplicación de las medidas proteccionistas especialmente en Estados Unidos, puede prolongarse más este estado.

Todo ello viene reflejado en el crecimiento mundial tanto de importaciones como de exportaciones, cuya tasa se ha ido reduciendo en los últimos tres años. La Unión Europea, dentro del conjunto de las economías desarrolladas es la que ha tenido una tendencia alcista en este sentido. Y dentro de la Unión Europea, destaca España, en cuanto a exportaciones en referencia a otros países tradicionalmente exportadores como Alemania, Francia y Reino Unido.

datos-exportaciones-christian-manrique
Fuente: UNCTAD secretariat calculations

Dada la situación de contexto mundial antes comentada, la exportación pasa a ser más que una necesidad un instrumento de supervivencia, según está configurada actualmente. Las caídas de las demandas internas y los mercados globales obligan de una manera a la exportación y a la internacionalización de las empresas.

Ciñéndonos al primero de los factores, y focalizados en el país que mejor se ha comportado en cuanto a números, el comportamiento exportador de España debe fortalecerse y no basarse en un estado de supervivencia. Hay que corregir dos debilidades fundamentales:

  • Por un lado, hay que promover y fomentar la exportación, pero la exportación tecnológica para generar valor añadido. La innovación y el I+D+i deben ser ejes centrales tanto de organizaciones empresariales como de instituciones. No hace falta decir que la flexibilidad de las regulaciones y las ventajas fiscales e impositivas han de acompañar en este viaje.
  • Por otro lado, y no menos importante, hay reducir la atomización de la empresa española. Las pequeñas y medianas empresas representan el 99,9% en España, siendo responsables del 73% del empleo, frente al 27% que generan las grandes empresas con un peso del 0,1%.

Ambos factores son y serán cuellos de botella para el desarrollo de la exportación, fundamental para el crecimiento de un país. Las consecuencias a corto plazo no se están notando dado que los principales productos de exportación son los bienes de equipo, la automoción y los alimentos, pero si no los cruzamos transversalmente con el factor tecnológico y hacemos grandes nuestras empresas, se producirá un estancamiento masivo que irá en detrimento del crecimiento económico.

Conclusión

Los retos que deben abordar de manera urgente tanto los gobiernos como las empresas de manera general son, por un lado, adoptar la innovación como eje estratégico de su desarrollo y, por otro lado, pegar el salto a la transformación de pequeñas a medianas y grandes empresas. Los gobiernos e instituciones deben facilitar ambos caminos si se quiere consolidar el crecimiento a medio y largo plazo.

Deja un comentario