La aplicación de una política nacionalista estadounidense que no quiere pagar más por la continuación de las políticas globalistas abre la vía a una situación ventajosa para Rusia. Existen algunos puntos de partida interesantes en este sentido. El Kremlin pugna por involucrar a Estados Unidos en el proceso político par resolver la crisis en Siria. Además, busca la aplicación práctica de los acuerdos de Minsk sobre Ucrania. Esto le permitiría lograr resultados prácticos y eficaces sobre el terrorismo internacional. Pero, por supuesto, en el ámbito comercial también se podrían alcanzar acuerdos beneficiosos para ambos, aunque depende de múltiples factores. Se acaba el actual ciclo económico y financiero.
Asimismo, dado el fortalecimiento de la no proliferación nuclear y la búsqueda de una solución para la estabilidad estratégica mundial permitiría abordar los desafíos de la ciberseguridad. Incluso se podrían debatir cuestiones como el programa nuclear de Corea del Norte. Otro punto a favor en esta relación se centraría en la apertura para la cooperación empresarial en el desarrollo del Ártico, mediante la participación de empresas estadounidenses dedicadas a proyectos energéticos y de infraestrcuturas en el norte ruso. Por supuesto esto se daría bajo el paraguas de no mostrar interés alguno en amenazar a los aliados estadounidenses de la OTAN. Esto evitaría el arrastre a una nueva carrera armamentística.
Sin embargo, en ningún caso, Rusia mantendría conversaciones sobre el apoyo a la política estadounidense de contener a China. El 53% de los rusos dice que el país debería mantenerse en una posición neutral, según el Russian Public Opinion Research Center . La asociación estratégica y la cooperación con China y otros países asiáticos importantes, como la India, constituyen la base de la estrategia de Moscú para la Gran Eurasia, que es una prioridad económica y geopolítica.
Dichos movimientos pueden converger con las preocupaciones principales de los americanos , creando un espacio de oportunidad:
Pero existen otros puntos de análisis en el ámbito comercial.
Barreras comerciales activas y potenciales
El sistema de comercio internacional está basado en unas normativas multiraterales que funcionan bajo el paraguas de la OMC (Organización Mundial del Comercio). El principal garante de este orden liberal comercial desde que se estableciera el GATT (Acuerdo General sobre Aranceles Aduaneros y Comercio) en 1947 fue EEUU. Este ha sido a su vez de manera implícita también el garante de la seguridad del comercio global especialmente en el Atlántico Norte con la OTAN y en Asia mediante el apoyo de Japón y Corea del Sur.
La realidad a día de hoy es que ambos paraguas se están cuestionando por parte de la administración estadounidense: por un lado, el régimen comercial liberal y, por otro, la OTAN como organismo obsoleto.
Si bien es cierto que la globalización y la tecnología han producido en las últimas décadas y seguirán produciendo en los siguientes importantes cambios en el sistema comercial global, la UE, los países emergentes y China son firmes defensores del sistema actual.
Las transformaciones principales que se han producido son la deslocalización de la producción de los bienes manufacturados siendo aprovechado por las economías emergentes, y por otro lado el establecimiento de acuerdos comerciales regionales y mega regionales (TPP, CETA, TTIP, UE-MERCOSUR, UE-India, entre otros) para la creación de un marco de seguridad de inversión y legal. Esto último relega a un segundo plano a la OMC.
Dentro del contexto de actual desaceleración económica, se están produciendo otros fenómenos contra le libre comercio, como el Brexit y el auge de los partidos anti-establishment en EU. El origen de los mismos está en la recuperación de la soberanía comercial y económica levantando nuevas fronteras y rechazando la apertura al comercio, la inversión y la inmigración.
En el informe que ha publicado a primeros de marzo la administración norteamericana , se puede atisbar que su estrategia comercial está basada en cuatro pilares:
- El sistema actual comercial multilateral debe ser modificado para que son se siga abusando de EEUU.
- Eliminación de los déficits comerciales.
- Negociación de acuerdos bilaterales comerciales.
- Reindustrialización de EEUU y creación de empleo mediante el nuevo neomercantilismo.
La razón por la que EEUU mantenía y defendía desde la Segunda Guerra Mundial ese orden liberal era geopolítico para impedir el avance del comunismo por Europa Occidental fue un hecho. El resto de economías y los países emergentes aprovecharon las ventajas que ofrecía el sistema, pero todos de un modo se vieron favorecidos.
La economía rusa actualmente lleva dos años en recesión (2015 y 2016), ocasionada por un lado por los bajos precios del petróleo y por otro por las sanciones impuestas por EEUU y la UE en 2014 por su actuación en la crisis de Ucrania. Esto último ha impedido su acceso a los mercados financieros internacionales. Este año 2017 se espera que la economía crezca si el precio del petróleo se mantiene en los 50 USD y la demanda interna crece con un rublo estable, si los resultados de los ajustes estructurales que han realizado surgen efecto. Lo que es un hecho es que el ritmo de caída de su PIB se ha desacelerado.
Según los datos de la OMC y Eurostat, el principal motor de crecimiento lo tuvo con las exportaciones, principalmente del petróleo crudo, refinado de petróleo, gas de petróleo, briquetas de carbón y raw aluminio. Sus principales importaciones son coches, medicamentos envasados, piezas y repuestos, aviones, helicópteros, equipos para naves espaciales y computadoras.
La UE, China, EEUU y Japón son los principales socios comerciales de Rusia, y con la UE y EE UU ha comenzado una nueva batalla dialéctica llena de avisos y advertencias en clave económica a raíz del conflicto ucraniano. Europa, el principal socio con Alemania a la cabeza, continúa siendo el principal proveedor ruso, con un tercio del total, seguido de China, EEUU y Japón. Los combustibles, en especial el gas, constituyen los principales productos importados por la UE, en tanto que este bloque exporta a Rusia sobre todo tecnología, maquinaria, vehículos y bienes de consumo.
Tras Alemania se encuentran Italia, Francia, Reino Unido y España. China es el segundo gran socio fuera del bloque europeo. Moscú y Pekín mantienen fuertes lazos económicos y políticos. Con respecto a EEUU, tercero en discordia, sus compras a Rusia se centran en combustibles y vende maquinaria y aviones, según datos de la OMC. Japón, cuarto, compra petróleo y derivados y vende vehículos y maquinaria. Con Latinoamérica la OMC sitúa a Brasil como principal socio latinoamericano de Rusia, seguido de Venezuela, México, Argentina y Cuba.
El ciclo económico y financiero se está acabando y la posibilidad de un ahondamiento de la desaceleración mundial por la imposición arancelaria y la política proteccionista de EEUU desataría una guerra comercial y de divisas, especialmente con China.
El resultado inmediato sería una caída del comercio mundial.