Christian Manrique
Análisis del desempeño del gobierno y creación de oportunidades de negocio
Un mes después de que Trump asumiera el cargo, las impresiones iniciales de la ciudadanía del nuevo presidente están profundamente polarizadas y son mucho más negativas que positivas.
La última encuesta nacional del Pew Research Center, realizada en febrero, concluye que la aprobación del trabajo de Trump es mucho menor que la de los presidentes anteriores en sus primeras semanas en el cargo, siendo únicamente el 39% el que aprueba su desempeño laboral.
Este porcentaje de fuerte desaprobación ya supera la fuerte desaprobación de Barack Obama en cualquier momento durante los ocho años de su presidencia. La única ocasión en que la fuerte desaprobación de George W. Bush fue más alta que para Trump fue en diciembre de 2008, cerca del final de su presidencia.
A pesar de la situación económica en Rusia, el presidente Putin sigue recibiendo un apoyo abrumador del público, alcanzando una aprobación en diciembre de 2016 de un 86,8% según VTSIOM (Russian Center for Public Opinion Research). Según VTSIOM, el 57% de los rusos quieren ver a Putin reelegido presidente en 2018.
En cambio, en el contexto internacional Rusia no está tan bien vista:
De ahí que Rusia deba cuidar sus relaciones con sus principales socios comerciales y transmitir en todo momento la ausencia de una posible amenaza.
La política proteccionista de Trump, arroja por un lado efectos alcistas en la bolsa norteamericana, por las promesas de reindustrialización, bajada de impuestos y eliminación de trabas administrativas. En cambio, en otros países suscita temores ante la subida de aranceles especialmente desde México y China (mientras que con Alemania busca un acuerdo bilateral), que puede producir una guerra comercial que disminuya las transacciones comerciales. Este efecto estará limitado.
La creencia en EEUU de que el NAFTA y China sean los causantes de la pérdida de miles de empleos en EEUU es aprovechada por la Administración Trump para querer implantar su política nacionalista y obligar a las grandes empresas multinacionales a invertir en el país para generar empleo. Así se lo transmitió a Ford, General Motors y Toyota. Lo que no se tiene en cuenta es que se traducirá en un incremento de precio para los consumidores norteamericanos. Además, la automatización posiblemente solvente esas actividades que se están realizando en el exterior y que ni siquiera los norteamericanos las desarrollarían. Rusia acaba de contratar la compra de aviones a Boeing y es poco probable que penalice vía arancelaria u obligue a comprar en el país dichos equipos.
Si vemos la evolución de la tasa de desempleo, vemos que se ha producido una tendencia bajista a lo largo de los años:
Hay que tener en cuenta otro factor, que a medida que la gran generación del Baby Boom de EEUU (los nacidos entre la Segunda Guerra Mundial y 1965) se retire (fue el principal impulsor de fuerza laboral), el aumento de la fuerza de trabajo potencial se desacelerará y los inmigrantes jugarán el papel clave en el crecimiento futuro de la población. Esto se compensará con un aumento en el número de adultos nacidos en EEUU con padres inmigrantes, que llegarán a 24,6 millones en 2035, frente a 11,1 millones en 2015. Estos datos deben ser tenidos en cuenta por la política de inmigración norteamericana, hoy contraria a la inmigración.
Como quedó reflejado antes, el proteccionismo y la subida arancelaria provocarían una disminución del crecimiento mundial, afectando a todas las economías, incluyendo la rusa. Y en Rusia, se puede abrir una ventana de oportunidad de las empresas norteamericanas para el desarrollo energético en el Ártico ruso. El precio de petróleo depende de muchas más factores. La clave hoy es que los grandes productores americanos han mejorado su productividad y el precio de 50 UDS el barril ya es rentable para ellos.
Conclusiones
Dentro de un contexto de desaceleración económica global, hay una serie de fenómenos internacionales que pueden converger hacia un escenario de inestabilidad global, abriéndose una ventana de oportunidad para Rusia.
La aplicación de las políticas norteamericanas de proteccionismo económico, el auge de los populismos y el Brexit son factores que puede moldear dicho escenario. Así se puede crear un nuevo orden económico y político global, donde aún con el riesgo de agudizar esa desaceleración económica global por dichos factores. En este contexto Rusia puede recuperar algo de espacio en la esfera de influencia mundial con China jugando un papel clave en ese triángulo.