Nuevo post de Christian Manrique
Christian Manrique expone en este nuevo post las actuales tendencias relacionadas con la generación masiva de basura, de residuos. De los 3,5 millones de toneladas diarias se pasará a finales de este siglo a los 11 millones de toneladas diarias.
Antes de analizar cualquier solución debe determinarse y precisarse la problemática existente. Hay que tomar conciencia de este fenómeno, que pone de manifiesto su magnitud y la inmediata necesidad de políticas y soluciones eficaces para enfrentarlo y eliminarlo, más allá de posibles medidas paliativas para atajarlo.
Tal y como explica, Christian Manrique, según el Banco Mundial, los factores que habrá que tener en cuenta, con relación a la basura, a corto y medio plazo resultan poco halagüeños. El crecimiento de la población mundial es de un 2% anual. En el año 2025 la población mundial alcanzará los 8.000 millones. En el 2050 superará los 9.000 millones y en el 2100 los 11.000 millones. Y este dato es fundamental. Los humanos y el sistema productivo que los acompaña son los transformadores del mundo también en el ámbito de la generación de residuos.
Sólo al día, actualmente, en el planeta se generan más de 3,5 millones de toneladas de basura. En el año 2025, el Banco Mundial señala que se alcanzarán los seis millones de toneladas de basura al día y en el 2100 se generarán 11 millones de toneladas diarias. De forma aséptica, las cifras, por sí solas, podrían deparar, según Christian Manrique, un fin de siglo de proporciones apocalípticas. Hay que contextualizarlas.
Las grandes conurbaciones jugarán un papel decisivo. El 66% de ese crecimiento poblacional tendrá lugar en las ciudades del mundo desarrollado, que aglutinará a 6.000 millones de personas.
Hay que tener en cuenta que más del 30% de la población mundial en las zonas desarrolladas tendrá 60 años o más.
Nuevo orden global
En el año 2050 el 50% de la población mundial pertenecerá a la clase media. Su forma de entender el contexto global productivo, económico y social y sus repercusiones podrían ser esperanzadoras. Las prospectivas parecen indicar que esas personas actuarán en un contexto más cercano a la economía colaborativa que a la competitiva. Este elemento puede suponer una gran ventaja. Desde ese ámbito se deberán atender los efectos económicos, sociales y medioambientales del cambio climático.
Otra de las tendencias fundamentales subraya que en 2050 el volumen de recursos consumidos alcanzará los 140 mil millones de toneladas, el triple que en la actualidad.
Christian Manrique ve claramente que la nueva revolución industrial, que ha traído el avance imparable de la tecnología, provocará un reequilibrio de gran profundidad, determinando un nuevo orden global.
Todos estos factores producirán uno de los grandes desafíos mundiales del siglo veintiuno. El agua, la energía y los residuos se convertirán en los ejes centrales de las economías y Gobiernos.
Soluciones
Las soluciones para las economías más avanzadas y los organismos internacionales pasan por adoptar programas y objetivos urgentes que den respuesta a las necesidades y consecuencias de la degradación del entorno natural por las consecuencias de la superpoblación.
Naciones Unidas ha lanzado su apuesta por el vertedero cero, el reciclaje y la reutilización. La OCDE incide sobre la economía circular y el vertedero cero. Por su parte, la UE ha ideado la Green Growth Strategy. Esta estrategia fija en el 2020 que todos los Estados de la unión 2020 destinen un 50% de sus residuos a reciclaje y un 35% a vertedero. En el 2030 el 65% irá a reciclaje y el 10% a vertedero.
El acuerdo de París, adoptado el año pasado tiene como objetivo disminuir en 2ºC el calentamiento global. En Estados Unidos, las ciudades de San Francisco y Nueva York ya han adoptado programas de residuos cero “Zero Waste”.
De todos modos, la concienciación de la ciudadanía no sirve de nada si desde el ámbito legislativo no se establecen las normas adecuadas para que se produzca un cambio real y eficaz.