Las Guerras Comerciales son Buenas

knights at battleNuevo post de Christian Manrique

“Las guerras comerciales son buenas y fáciles de ganar”. Este es uno de los múltiples comentarios de Trump vía Twitter. A través de este medio, como suele ser habitual en él, también adelantó lo que el jueves 8 de marzo pasado rubricó: imponer aranceles del 25% y el 10% a la importación del acero y el aluminio. Sus socios en el NAFTA, Canadá y Méjico, de momento no se verán afectados en espera de la negociación final del tratado con ellos.

La administración Trump, o Trump, ya que hay bastante controversia dentro su equipo, toma una desafortunada medida, que además será inútil.

En enero ya realizó su ejercicio de entrenamiento subiendo los aranceles a las lavadoras y los paneles solares. Pero esta decisión tiene más calado.

Desde el punto de vista de Trump, tal y como indica Christian Manrique, la justificación se basa en lo que el denomina “seguridad nacional”. De este modo, se podría encajar de manera forzosa en el artículo XXI de la Organización Mundial del Comercio. Su anuncio ya provocó inicialmente una convulsión en las Bolsas, aunque el viernes en EEUU las acerías americanas subían de nuevo.

Trump sigue sus pasos hacia la política proteccionista que prometió.

Canadá, Japón, Corea del Sur, China y 106 países más exportan acero a Estados Unidos. Como no puede ser de otra manera, estas economías han comunicado que son medidas inaceptables y tendrán contestación. La UE, lejos de dejarlo pasar, ha reaccionado de manera firme. Las motocicletas Harley Davison, los whiskies y los vaqueros Levi’s, serán los damnificados con una política arancelaria más restrictiva. Jean-Claude Juncker dice que ya tiene medidas reactivas para reequilibrar la situación. La Comisión Europea se reúne mañana, miércoles 14 de marzo. Esta previsto que responda con firmeza y proporcionalidad. Esto, según Christian Manrique, nos avocará a una escalada en conflicto, en lugar de contener un daño limitado.

Ello queda patente en la amenaza-repuesta de Trump a esto último, elevada como no por Twitter. Concretamente se aplicarán medidas para los coches importados. EEUU ya ha impuesto un arancel del 2,5% a los automóviles fabricados en Europa y de un 25% a furgonetas y camiones europeos. La UE cuenta con un arancel del 10% a los automóviles fabricados en EEUU.

Sectores como el de la automoción y la construcción alertan de pérdidas de puestos de trabajo antes esas medidas.

Algunos datos

Estados Unidos en el año 2000 producía 112 millones de toneladas de acero. En el año 2016 eran 86,5 millones. Los trabajadores pasaron de 135.000 a 83.600 a lo largo de esos años. Ese sector nunca estuvo ajeno a la crisis mundial.

La firma de inversión Morgan Stanley calcula que el acero, el aluminio, las lavadoras y los paneles solares representan el 4,1% de las importaciones de Estados Unidos y un 0,6% del comercio mundial. Se trata porcentajes bajo; sin embargo son cifras bastante relevantes.

Según cálculos de la administración estadounidense, la suma total de aranceles que propone EEUU supone unos 9.000 millones de dólares al año, “sólo” un 1% de la economía, por eso la idea de subir los precios o perder empleos, según ellos, es errónea.

Los principales exportadores de acero son Canadá (16.7%), Brasil (13.2%), Corea del Sur (9.7%), México (9.4%), Rusia (8.1%), Turquía (5.6%), Japón (4.9%), Alemania (3.7%) y Taiwán (3.2%). China se encuentra justo por detrás.

Efectos

Estas medidas se pueden traducir en el afloramiento de guerras comerciales y en la consecuente incidencia sobre de la recuperación económica mundial.

Para Christian Manrique, el aumento de precios de los productos procesados en EEUU, siendo su mano de obra bastante elevada, podría ser uno de los resultados. Si los demás países empiezan a subir los aranceles también en contestación a esas medidas unilaterales norteamericanas, repercutirá en un aumento de precios a los consumidores y puede deprimir el comercio mundial o incluso llevarlo a una paralización. Estas medidas proteccionistas perjudicarán a las empresas y a las economías, provocando a su vez un enrarecimiento o empeoramiento en otros casos de las relaciones con esos países afectados.

Por otro lado, al cerrase el mercado norteamericano, los 27 millones que compró EEUU, se repartirán por el mundo, conllevando un exceso de oferta y un descenso de precios, obligando a las fábricas a reducir producción y poniendo en peligro los puestos de trabajo.

Las grandes empresas de automoción (Fiat, VolsksWagen , BMW, Peugeot, Renault y Toyota, entre otras), de aeronáutica (Airbus y Boeing, principalmente) y, a su vez, las empresas constructoras, además de los consumidores finales, serían los sectores más afectados. Se verían abocados a pagar mayores precios por usar esos productos elaborados.

Consecuentemente, se produciría una pérdida de competitividad.

Los únicos beneficiarios de esta situación, como apunta Christian Manrique, y a corto plazo únicamente, serán las empresas de extracción (no de producción o procesamiento) del acero y el aluminio. Asimismo, se verían compensadas las plantas extranjeras situadas en EEUU como AcelorMittal y Acerinox (NAS-cuota del mercado del 35%-1,1 millones de toneladas para la construcción, automoción y electrodomésticos). AcelorMittall en sus fábricas de México y Canadá no se vería afectada al estar de momento exentos de esos aranceles en espera de la negociación final del NAFTA. Su fábrica de Canadá es la que lleva el acero a las fábricas de automóviles de Detroit.

Los mercados serán vulnerables si ven movimientos de represalia y los inversores ralentizarán sus operaciones.

China

¿Pero cuál es el objetivo de esta guerra comercial? A pesar de que China ocupa el puesto 11 (2,7% del acero proviene de China) como exportador, es el objetivo.

La expansión industrial de China y la India ha generado una gran sobrecapacidad, dañando a los márgenes comerciales de EEUU y EU.

A día de hoy se está a la espera de la reacción de China, dado que las únicas declaraciones no van más allá de la consideración de medidas de respuesta ante las medidas unilaterales lanzadas por Trump.

Trump, en lugar de usar instrumentos regulatorios como el Acuerdo Transpacífico o el G-20, de donde sacó a EEUU, opta por una vía unilateral sin previo aviso y anti diplomática, ninguneando a todos los organismos internacionales como la OMC. En todos los casos, una vía inútil.

Conclusiones

Christian Manrique señala que el comercio cuanto más, mejor. Por tanto, hay que seguir apostando por la globalización, lo que implica defender el actual sistema multilateral de comercio. Hay que ir a una mayor integración y competitividad.

La OMC debe rechazar la justificación del artículo XXI, dado que de otra manera otros países pueden emplearlo al sentar jurisprudencia. Esto supondría entrar en una espiral proteccionista.

Sin embargo, a corto plazo, todo parece indicar que mientras siga Trump en la Casa Blanca, las medidas proteccionistas seguirán apareciendo.

 

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