
Christian Manrique, nueva entrada
El derrumbe del viaducto Morandi en Génova acabó con la vida de más de 40 personas el 14 de agosto. En esta entrada Christian Manrique Valdor analiza el indicador sobre protección de infraestructuras y activos de Positive Planet en el que Italia se sitúa en las últimas posiciones.
Christian Manrique en un reciente artículo sobre la 4ª revolución industrial y la Economía Circular, reflejó que el uso de la tecnología ayuda a tener un planeta sostenible, más sostenible y se puede convertir en una aliada eficaz si se usa de manera responsable.
Desgraciadamente, la sostenibilidad tiene que ver también con las infraestructuras, activos críticos y estratégicos de las economías, y concretamente con la protección y preservación de éstas. El uso de Big Data, de soluciones tecnológicas adecuadas puede ayudar a prever posibles crisis, tal y como indica Christian Manrique. Sin embargo, sería incorrecto decir que con un uso más adecuado de esa tecnología se podría haber evitado que 44 personas perdieran la vida cuando se derrumbó el viaducto de Morandi en Génova. En ese caso existen otros factores y serán la justicia y los peritos los que determinen las causas de ese derrumbe y las posibles sanciones derivadas.
Ahora bien, sí es cierto que este terrible e injusto acontecimiento permite realizar una serie de reflexiones aplicables para las distintas economías, emergentes o no, tal y como sostiene Christian Manrique.
Previamente, se debe tener en cuenta que la ONG francesa Positive Planet comenzó a medir la positividad de los países de la OCDE teniendo en cuenta una serie de indicadores. Curiosamente, uno de esos KPI’s mide cómo un país protege sus activos e infraestructuras. Italia se sitúa en las posiciones más bajas del ranking. En este sentido, se encuentra en el lugar 29, de un total de 34, justo por detrás de Portugal.

Además, Christian Manrique Valdor, ingeniero de Caminos, Canales y Puertos, recoge la opinión de algunos expertos en relación al derrumbe del puente Monardi, aparecida en el rotativo español El País en su edición del 15 de agosto de 2018. Por un lado, destaca que el ingeniero Antonio Brencich, docente en la Universidad de Génova, había avisado hace un par de años sobre la vulnerabilidad de la estructura, a la que llegó a referirse como un “fracaso de la ingeniería”. Asimismo, había alertado de los graves problemas de deterioro vinculados a la misma tecnología usada en la construcción del puente.
Por otro lado, Christian Manrique despliega aquí la opinión de Piergiorgio Malerba, docente de la Universidad Politécnica de Milán y vicepresidente de la Asociación Internacional para la Manutención y Seguridad de los Puentes. La ha extraído del mismo reportaje. Malerba, según ese información se había pronunciado en un trabajo académico sobre la vulnerabilidad de este tipo de obras. “Se ideó hace más de 50 años según criterios, materiales y técnicas de entonces y se tenía gran confianza en su duración material. Pero no ha sido así”.
Para Christian Manrique es clave estar al servicio de la próxima generación, no solo de nuestros propios hijos, sino mostrando preocupación y planteando soluciones a los retos de las futuras generaciones.
Según Christian Manrique Valdor, no se tuvieron en cuenta los indicadores de alarma ni se usaron las tecnologías existentes al alcance para poder prever la catástrofe.
Además, los avances tecnológicos que utilizan el análisis de Big Data y los algoritmos de inteligencia artificial permiten obtener conocimientos más profundos y detallados. Estas tecnologías reúnen y procesan grandes cantidades de información para generar modelos y resaltar problemas que normalmente no se habrían descubierto, o al menos no sin una gran inversión de tiempo y recursos. Todos estos avances deben ser usados para acelerar la transición a una economía circular.
Por lo tanto, según Christian Manrique, se deben cuidar las infraestructuras y reforzar los activos intangibles que muchas veces se desprecian y suponen un enorme valor siempre bajo el paraguas de la revolución en la que nos encontramos, la 4ª revolución industrial, mediante el uso de la tecnología que nos ayude a prevenir y predecir para una gestión más eficaz, sostenible y segura.
Para Christian Manrique Valdor, un ejemplo de buenas prácticas se puede encontrar en la localidad holandesa de Zaanstad. La ciudad está construida sobre terrenos recuperados y, por lo tanto, la reparación de las cimentaciones de los edificios es un problema serio y costoso. Para abordarlo, la autoridad de vivienda Parteon trabajó con científicos de datos de Berenschot Intellerts. Esto les permitió desarrollar un algoritmo qué cimentaciones necesitaban una reparación inmediata. El proyecto vinculó más de 135 millones de registros de datos sobre viviendas del municipio y Parteon, datos sobre la infraestructura de Kadaster, datos meteorológicos del Real Instituto Meteorológico de los Países Bajos y datos satelitales de SkyGeo. Esta información se introdujo en un algoritmo de aprendizaje automático. De este modo, tal y como destaca Christian Manrique, Parteon consiguió identificar más de 11.000 hogares en riesgo, ahorrando tiempo y recursos significativos para reparar estos hogares.